Los Centros de Datos de IA estarán en el Espacio...
Leer másLos Centros de Datos de IA estarán en el Espacio según Ex-CEO de Google
Eric Schmidt propone centros de datos de IA en el espacio para enfrentar la crisis energética durante el Comité de Energía y Comercio de EEUU. ¿Una visión futurista viable o un ‘moonshot’ arriesgado?
Una propuesta revolucionaria está emergiendo en la intersección de la inteligencia artificial (IA) y la industria espacial: la idea de ubicar centros de datos de IA en la órbita terrestre. Detrás de esta ambiciosa iniciativa se encuentra Eric Schmidt, ex CEO de Google y actual CEO de Relativity Space, una empresa líder en lanzamientos espaciales que utiliza la impresión 3D. El objetivo principal es doble: abordar la creciente crisis energética impulsada por la demanda de IA y reducir el significativo impacto ambiental de los centros de datos terrestres.

La Insaciable Sed de Energía de la IA
La propuesta surge como respuesta directa al consumo energético exponencialmente creciente de los sistemas de IA. Los grandes modelos de lenguaje (LLM) como ChatGPT demandan hasta diez veces más recursos energéticos por consulta que las búsquedas web tradicionales. Las proyecciones son alarmantes; Schmidt ha advertido que la participación de los centros de datos en el consumo eléctrico global podría dispararse, aunque otras fuentes más conservadoras proyectan que solo en EE. UU. podrían consumir hasta el 12% de toda la electricidad para 2028. La Agencia Internacional de Energía (AIE) corrobora esta tendencia, proyectando que la demanda global de electricidad de los centros de datos se duplicará para 2030, igualando el consumo actual de Japón.
Schmidt ha ilustrado la magnitud del desafío mencionando planes para centros de datos de 10 gigavatios (GW), una escala «industrial a un nivel que nunca he visto» que empequeñece la producción de un reactor nuclear promedio (1 GW). Presentar esta «crisis energética de la IA» ante foros políticos podría ser una estrategia para justificar inversiones masivas en tecnología espacial, alineando los intereses comerciales con la seguridad nacional y la competitividad global. Schmidt ha vinculado directamente la capacidad de EE.UU. para satisfacer esta demanda energética con su competencia estratégica frente a China.
Relativity Space: El Vehículo Hacia la Órbita
La adquisición de una participación mayoritaria en Relativity Space por parte de Schmidt no parece casual. La empresa está desarrollando el cohete Terran R, diseñado para ser parcialmente reutilizable y capaz de transportar hasta 33.5 toneladas a órbita baja (LEO). Este lanzador es considerado fundamental para materializar el despliegue de centros de datos orbitales. Ante la especulación sobre si la adquisición de Relativity Space estaba motivada por las necesidades energéticas de la IA, Schmidt respondió con un simple pero afirmativo «Sí».
Tener acceso a una compañía aeroespacial independiente podría ofrecer una opción estratégica para el gobierno de EE.UU. y sus aliados, menos dependiente de la influencia de otros magnates del sector.
Ventajas Potenciales de los Centros de Datos Espaciales
La idea de ubicar centros de datos en órbita presenta ventajas teóricas atractivas:
- Energía Solar Ilimitada: En órbitas heliosincrónicas, los paneles solares podrían capturar energía continuamente sin interrupciones día/noche o atmosféricas, permitiendo operación constante a plena capacidad.
- Refrigeración Pasiva Teórica: El vacío y las bajas temperaturas del espacio profundo se plantean como un disipador de calor infinito. Esto, en teoría, eliminaría el alto consumo de agua y energía de la refrigeración terrestre. Sin embargo, la disipación por radiación es ineficiente para grandes cargas térmicas, requiriendo radiadores inmensos.
- Reducción del Impacto Ambiental Terrestre: Se podría disminuir la huella de carbono y el consumo de agua en la Tierra, además de evitar conflictos por el uso del suelo.
- Procesamiento de Datos en Órbita: Para aplicaciones espaciales como la observación de la Tierra, procesar datos en órbita reduciría la latencia y el ancho de banda de transmisión a la Tierra.
- Evitar Restricciones Terrestres: Se sortearían limitaciones como conflictos jurisdiccionales locales y la sobrecarga de redes eléctricas.
- Soberanía de Datos (Compleja):Se ha sugerido "soberanía computacional" fuera de jurisdicciones únicas, pero la realidad legal es compleja, con leyes nacionales y extraterritoriales (como GDPR) aplicables según el Tratado del Espacio Exterior.

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Desafíos Técnicos, Económicos y Regulatorios Formidables
A pesar de las promesas, los obstáculos para los centros de datos orbitales a gran escala son inmensos:
- Costes de Lanzamiento: Han sido históricamente prohibitivos. Aunque cohetes reutilizables como Falcon 9 ($67M/lanzamiento) y los aspiracionales Starship y Terran R buscan reducirlos, la viabilidad económica depende de una revolución de costes a $10-50/kg que aún no se materializa. Un centro de datos de 1000 toneladas costaría miles de millones solo en transporte con costes actuales.
- Disipación de Calor a Escala: La refrigeración por radiación en el vacío es ineficiente y requiere radiadores masivos, una tecnología no probada a escala de GW.
- Radiación Espacial: Capturar y gestionar gigavatios de energía solar en el espacio requeriría paneles colosales y sistemas de distribución sin precedentes, superando con creces las capacidades actuales (ISS genera ~100 kW).
- Mantenimiento y Reparación: Extremadamente costoso y complejo en órbita, requiriendo robótica avanzada o misiones tripuladas. Reemplazar servidores con vida útil de 3-5 años es un desafío logístico.
- Conectividad Tierra-Espacio: El ancho de banda y la latencia son limitaciones significativas comparadas con las redes terrestres.
- Riesgo de Desechos Espaciales: La infraestructura orbital enfrenta un riesgo constante de colisión con los más de 40,500 objetos rastreados, con la preocupación a largo plazo del "síndrome de Kessler".
- Riesgo de Desechos Espaciales:No existe un marco legal internacional cohesivo para centros de datos espaciales, especialmente en privacidad, seguridad de datos y responsabilidad, generando complejidad jurisdiccional (Tratado del Espacio Exterior).
Viabilidad Económica y Plazos
La viabilidad económica es el mayor interrogante. Los costes iniciales (I+D, lanzamiento, ensamblaje orbital) serían astronómicos. Aunque el mercado de centros de datos orbitales se proyecta en crecimiento (hasta $39.09 mil millones para 2035), los costes operativos a largo plazo son inciertos. La ecuación económica es desfavorable sin una reducción drástica de los costes de lanzamiento.
Empresas como Star Cloud Inc. ya están recaudando fondos ($10M+) para desarrollar conceptos de centros de datos espaciales, planeando demostraciones.
En cuanto a plazos, Relativity Space apunta a finales de 2026 para el primer vuelo del Terran R. Star Cloud Inc. planea un satélite de demostración en 2025. Sin embargo, un centro de datos de escala GW en órbita probablemente no se materializaría antes de bien entrada la década de 2030, asumiendo que se superen los enormes desafíos.
Más Allá de la Tecnología: Geopolítica y Gobernanza
La propuesta trasciende la tecnología; se inserta en la competencia geopolítica por la supremacía en IA (EE.UU. vs. China) y consolida el espacio como un nuevo dominio de competencia y potencial militarización.
Los centros de datos orbitales serían infraestructura crítica y activos de doble uso, vulnerables a ataques. Además, plantean serias cuestiones de gobernanza de datos y privacidad en un entorno sin un marco legal claro, con la posibilidad de una «balcanización» de internet en el espacio.
Un "Moonshot" que Impulsa la Innovación
La visión de Schmidt es audaz, respondiendo a problemas reales de energía e impacto ambiental. La viabilidad a corto/medio plazo para centros de datos orbitales a escala de GW es baja debido a los inmensos desafíos técnicos, económicos y regulatorios. Sin embargo, proyectos piloto o aplicaciones de nicho, como el procesamiento de datos satelitales, podrían ser más factibles pronto.
Si estos desafíos se superan a largo plazo, el impacto sería transformador, revolucionando la infraestructura de datos global y la industria de la IA. Pero incluso si la visión más ambiciosa no se cumple, la propuesta actúa como un poderoso catalizador, un «moonshot» que impulsa la innovación en lanzadores reutilizables, robótica espacial, materiales, eficiencia energética y hardware de IA, con beneficios más allá del objetivo original.
Será crucial seguir de cerca el progreso en: la reducción de costes de lanzamiento (Starship, Terran R), las soluciones a gran escala para energía solar y disipación de calor en el espacio, el desarrollo de hardware de IA resistente a la radiación y eficiente, la evolución del marco legal espacial, y los resultados de proyectos piloto.
La visión de Schmidt nos recuerda que las soluciones a grandes desafíos pueden requerir mirar más allá de nuestro planeta, impulsando el progreso de maneras inesperadas.

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