IBM reemplaza empleados de manera masiva
Descubre cómo la Inteligencia Artificial (IA) está transformando el mercado laboral global y como IBM se ha visto afectada.
La IA remodela el Mercado Laboral Global
La Inteligencia Artificial (IA) se ha consolidado como una fuerza transformadora de primer orden en el siglo XXI, con un impacto profundo y multifacético en el mercado laboral global. Considerada una Tecnología de Uso General (GPT), la IA tiene el potencial de reconfigurar economías de manera similar a otras tecnologías disruptivas del pasado.
Si bien las primeras discusiones se centraban en el temor a una «destrucción de empleos» a gran escala, análisis más recientes, como los del FMI y McKinsey, presentan una visión más matizada. La IA no solo reemplaza tareas, sino que también complementa el trabajo humano y potencia capacidades, un concepto conocido como «superagencia». De hecho, proyecciones del Foro Económico Mundial (FEM) sugieren una ganancia neta de empleos a medio plazo.
IBM despide a 9000 empleados

IBM se encuentra en el centro de esta transformación. Su situación de plantilla es compleja. Por un lado, la empresa planeó reemplazar unos 7,800 empleos con IA y automatización en cinco años, especialmente en roles no orientados al cliente con tareas «mundanas». Posteriormente, se informó del despido de aproximadamente 9,000 empleados en EE.UU., justificado por la reducción de costos y la necesidad de alinear el personal con las demandas de IA y la nube.
Sin embargo, el CEO de IBM, Arvind Krishna, ha afirmado que, si bien la IA ha reemplazado el trabajo de «cientos» de empleados de RRHH, el empleo total de la compañía ha aumentado, gracias a la reinversión de los ahorros en la contratación de más programadores, ventas y marketing.
Esto sugiere una reorientación profunda de recursos y un cambio en el perfil de empleados, más que una simple reducción neta global, aunque ha habido una contracción significativa en EE.UU., parcialmente por el traslado de roles a India.
La visión oficial de IBM es que la IA está destinada a aumentar las capacidades humanas y la productividad, no al reemplazo masivo. Han adoptado una estrategia «AI-first» para integrar la IA y liberar a los empleados de tareas monótonas, permitiéndoles enfocarse en actividades de mayor valor.
Krishna estima que la IA podría escribir un 20-30% del código, mejorando significativamente la productividad de los programadores. Esta visión de «aumentación» es compartida por la mayoría de los ejecutivos de IBM, que creen que los empleados serán más aumentados que reemplazados por la IA generativa.
IBM reconoce la brecha de habilidades y considera el reskilling y upskilling como mandatorios. Estiman que el 40% de su fuerza laboral necesitará nuevas habilidades por la IA y la automatización en los próximos tres años.
Para abordar esto, han lanzado IBM SkillsBuild, comprometiéndose a formar a 2 millones de personas en IA para 2026. Su estrategia implica comunicación clara, inversión en aprendizaje continuo y formación en áreas tecnológicas clave.
La transformación de IBM es impulsada por la eficiencia operativa y la realineación de habilidades, con la automatización de tareas «mundanas» y la reexaminación de procesos manuales. La presión por la eficiencia y la competencia en el sector tecnológico también son motores significativos para la adopción de IA y la reestructuración.
La visión de «aumentación» es la aspiración a largo plazo, pero la transición implica desplazamiento a corto y medio plazo.
Habilidades clave para la nueva Era laboral
La adaptación exige una combinación de habilidades técnicas especializadas y habilidades humanas robustas. Las habilidades técnicas demandadas incluyen lenguajes de programación (Python, R), fundamentos cuantitativos (estadística, matemáticas), gestión de Big Data, Machine Learning, Deep Learning, Cloud Computing, PLN y Visión por Computadora.
Paralelamente, las habilidades blandas son cruciales ya que la IA no puede replicarlas fácilmente. Estas incluyen pensamiento crítico y resolución de problemas, creatividad, comunicación efectiva, inteligencia emocional y empatía, y, sobre todo, adaptabilidad y aprendizaje continuo (resiliencia, flexibilidad, agilidad, curiosidad).
A pesar de su importancia, es preocupante que solo el 20% de los empleados que usan IA habitualmente haya recibido formación específica.
Oportunidades para Perfiles No Técnicos
La era de la IA no es solo para técnicos. Surgen numerosos roles para personas con comprensión funcional de la IA y habilidades humanas, a menudo en la intersección de la tecnología con humanidades, ética, derecho o gestión. La «alfabetización en IA» es crucial.
Ejemplos de estos roles incluyen:
- Prompt Engineer: Diseña instrucciones para modelos de IA generativa, requiriendo pensamiento crítico y creatividad, no siempre programación.
- Expertos en Ética y Leyes con conocimiento de IA: Necesarios para navegar las implicaciones éticas y legales, combinando conocimiento jurídico/ético con comprensión de la IA.
- Consultores de Transformación Digital: Ayudan a empresas a implementar IA estratégicamente, enfocándose en gestión del cambio más que en programación.
- Gestores de Talento y Formación Digital: Usan IA para optimizar RRHH y formación, combinando gestión de personas con comprensión de IA.
- Expertos en PLN (con formación en humanidades): Lingüistas o filólogos que apoyan el desarrollo de modelos de lenguaje.
- Auditores de Algoritmos: Revisan algoritmos para detectar sesgos, requiriendo conocimiento en ética y comprensión práctica de algoritmos.
- Roles que requieren habilidades humanas intrínsecas: Creatividad, atención al cliente personalizado, investigación, educación, gestión, que pueden ser potenciados por la IA.
Se valoran los perfiles híbridos capaces de combinar la alfabetización en IA con habilidades humanas robustas.
Depender de la IA conlleva riesgos
Estos riesgos se refuerzan mutuamente; por ejemplo, la concentración de poder puede llevar a sistemas sesgados y opacos que perpetúan la inequidad.
Abordarlos requiere un enfoque multifacético: avances técnicos, marcos éticos robustos, regulación adaptativa y participación social. Principios éticos de la UNESCO, como derechos humanos, equidad, transparencia y supervisión humana, son fundamentales.
Existe una tensión entre fomentar la innovación rápida y la regulación cuidadosa. Una dependencia excesiva puede llevar a una erosión del juicio autónomo si las personas delegan tareas cognitivas críticas en la IA.
- Falta de transparencia («caja negra») de algunos algoritmos.
- Prejuicios y discriminación (sesgo algorítmico) si los datos de entrenamiento son sesgados.
- Preocupaciones por la privacidad debido a la necesidad de grandes volúmenes de datos.
- Dilemas éticos en la toma de decisiones autónoma de la IA.
- Riesgos para la seguridad (vulnerabilidad o uso malicioso de la IA).
- Concentración de poder en pocas entidades con grandes recursos, exacerbando desigualdad y limitando diversidad.
- Dependencia y pérdida de habilidades humanas como el pensamiento crítico, la creatividad o la intuición por delegación excesiva en la IA.
- Falta de empatía en interacciones y menor capacidad para resolver problemas inesperados.
- Pérdida de conexión humana.
- Consecuencias imprevistas y riesgos existenciales.
- Ampliación de brechas digitales y división social.
Recomendaciones Estratégicas
La transformación impulsada por la IA es profunda, con un balance neto de empleo proyectado como positivo, pero ocultando desafíos significativos de reestructuración y adaptación.
Los empleos más vulnerables son los rutinarios, mientras que los que requieren habilidades humanas son más resilientes. Las empresas buscan eficiencia con la IA, transformando roles.
El caso de IBM ilustra la complejidad de la transición, con despidos en ciertas áreas y crecimiento en otras, impulsado por la eficiencia y una visión de «aumentación».
La adaptación exige aprendizaje continuo y el desarrollo de un portafolio dual de habilidades (alfabetización en IA y habilidades humanas robustas). Las empresas deben invertir en IA no solo por eficiencia, sino también para aumentar capacidades, implementando programas de reskilling y rediseñando trabajos con un enfoque humano.
Se deben modernizar los sistemas educativos para integrar la IA y habilidades del siglo XXI, crear redes de seguridad social y programas de transición, fomentar la investigación ética, establecer marcos regulatorios claros pero flexibles, facilitar la colaboración público-privada y considerar políticas para una distribución equitativa de los beneficios de la IA.
La magnitud de la transformación podría requerir una reconsideración del contrato social en cuanto a educación, protección social y distribución de la riqueza generada por la IA. El objetivo es una transición inclusiva y equitativa, mitigando impactos negativos a través de la colaboración entre actores sociales.
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